jueves, 28 de mayo de 2015

BERNAT HERNÁNDEZ: «Bartolomé de las Casas»


Una biografía desvela numerosas novedades de la vida y la obra de este singular personaje de la colonización de América



Bartolomé de las Casas, más allá de la leyenda negra
Bartolomé de las Casas


Sin duda, es uno de los personajes más apasionantes de nuestra historia, pero también más desconocidos. Quinientos años después de su muerte, aún se le atribuye el origen de nuestra Leyenda Negra, que por los siglos de los siglos nos ha perseguido, no siempre justamente. El historiador Bernat Hernández, perteneciente a esa nueva generación que afortunadamente ha entrado con tanta pasión como denuedo en el no siempre fácil camino de desvelar lo que ha sido nuestro pasado, en versión casi hasta ahora de enemigos malintencionados, aclara muchos de los aspectos de la vida (larga) y la obra (ingente) de este hombre. Conviene seguirle los pasos, a través de una biografía novedosa titulada sencillamente «Bartolomé de las Casas» (Ed. Taurus) y así lo hacemos, aclarando primero que «fue un fraile, entre muchos. Pero antes de profesar, fue soldado, encomendero, también ideador de proyectos de colonización. Luego siguió implicado en el mundo que le tocó vivir, lejos del convento, denunciando la violencia de la Conquista de las Indias y la opresión del indígena americano. Y dejó un legado escrito impresionante».
La tarea de documentaión de Bernat Hernández ha sido tan intensa como extensa y el propio autor señala que «puede resultar paradójico, pero la principal dificultad ha sido rescatarlo de su personaje. Fue motivo de polémicas en su tiempo, y autor de una obra de testimonio con la que buscó escribir una autobiografía justificadora de sus compromisos éticos y políticos. Esto implica que contemos con una documentación primaria abundante, pero también con una bibliografía vastísima».
Archivos americanos
Aunque el profesor destaca que «la renovación de nuestro conocimiento de la Conquista de las Indias se ha beneficiado en las últimas décadas del trabajo en los archivos americanos», subraya igualmente que «nunca podremos prescindir del todo del sevillano Archivo General de Indias», y cuenta que «la obra del religioso nos permite superar ese enfrentamiento entre dos mundos, España e Hispanoamérica. Su biografía nos presenta al primer hombre atlántico. Yo lo puedo contraponer a Colón, porque el almirante que conocemos en gran parte fue el construido por su primer exégeta, el propio Las Casas. Colón tuvo poco contacto con el mundo nativo, mientras que Bartolomé de las Casas convivió en ambos mundos. Y se implicó en el conocimiento de las civilizaciones nativas, para acabar valorándolas con criterios comparativos, en pie de igualdad respecto al mundo europeo».
El historiador también resalta que con su trabajo aporta bastantes novedades, como «una puesta en valor de una abundantísima bibliografía sobre el personaje. Lo hago a partir de una nueva presentación del mundo de la conquista, con protagonistas mucho más plurales y que no pasó por un enfrentamiento absoluto entre indios y españoles. Asimismo, opto por una biografía más plural de Bartolomé de las Casas, que nos delinea mejor sus grandes realizaciones (esa reconducción de la conquista militar y ese trato más humano del indígena) y sus aspectos más controvertidos (en particular, el rigorismo moral de que hizo gala frente a los conquistadores, en sus reglas de confesores)».
No fue un revolucionario
No obstante, no cabe pensar que el dominico fuera un revolucionario, sino un hombre «cercano al poder. Sus proyectos no fueron desatendidos, al menos hasta la llegada al trono de Felipe II. Sin duda, inspiró mucha de la legislación protectora sobre los indígenas americanos. Logró el reconocimiento de protector o procurador de indígenas y su influencia fue poderosa para reconducir algunos excesos de la conquista militar. No fue un héroe a contracorriente». Incluso estudios bastante recientes consideran a Bartolomé de las Casas uno de los precursores del derecho internacional moderno, ante lo que Hernández matiza que «el riesgo del presentismo siempre planea en la obra de los historiadores. Las Casas avanzó cuestiones sobre derechos humanos y relaciones entre personas que luego sedimentaron en el derecho contemporáneo».
Cientos de españoles conquistaban un Nuevo Mundo. Sin embargo, a este lado del Charco «el nativo americano era un desconocido. La conquista del Nuevo Mundo fue desvelando el auténtico retrato físico del indígena. De las Casas contribuyó a dotarlo de una calidad moral y de una dignidad acorde con los postulados cristianos». El autor cree también que ya ha llegado el momento de desterrar esa leyenda negra y describe que «siempre persistirán indelebles los episodios más dramáticos de la conquista, pero hoy en día considerar que unaleyenda negra reducía la presencia española en las Indias a la destrucción y la muerte es mucho más compleja: el Nuevo Mundo no sólo se devastaba sino que se iba construyendo a partir de colaboraciones, con participación indígena, con la creación de una nueva civilización». Incluso, los españoles de hoy podemos aprender de la labor del fraile: «Su ejemplo de defensa de un ideario, su voluntad de comprender, pero también de denunciar de manera inapelable. Su capacidad para moverse en diferentes escenarios. Un ejemplo de capacidad intelectual y emocional sorprendente».



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