lunes, 4 de noviembre de 2013

UN NIÑO, UNA INOCENCIA.

                                                 

   “…Aunque es de día, las nubes grises van cerrando el cielo. Se cubre de una extrema oscuridad. El miedo invade mi cuerpo. Camino de un lugar a otro, dentro de la casa. Parece de noche. Mi mente nunca estuvo preparada para tan escalofriante experiencia. Vivía en un lugar donde las lluvias son raras; más que lluvias, son lloviznas tan finas que los pobres pulmones las beben sin querer.
   Recuerdo una película que vi a escondidas de mis padres. Era una mujer que corría en medio de una tempestad, escapando de hombres que la querían castigar. Sus palabras eran de horror llamando a un tal Belcebú, la lluvia bañaba su demacrado rostro. No la llegue a terminar de ver…
    Recuerdo con pánico el comienzo de una gran tempestad. El agua caía a borbotones y la casa se cubría de riachuelos que brotaban por cualquier rincón. Tenía miedo de verdad. Corrí a esconderme en una esquina de mi habitación y luego llame para que me defendiera ese tal Belcebú. Era lo único que se me ocurría en ese instante.
   Ahora que soy un hombre y pienso en aquella situación. Me digo: "Un niño en su inocencia tal vez pueda cometer errores, pero no lo hace por maldad”. Sé que a los ojos ajenos sería un pecador. Sin perdón de Dios. Pero, en la vida uno va descubriendo nuevas experiencias que van marcando tu vida. Si hubiese visto la película completa me hubiese dado cuenta que la mujer no era una simple persona sino más bien una atormentada bruja.
   Aunque no soy un creyente acérrimo. Los años me han demostrado que si Dios dice que para llegar al cielo hay que tener el corazón de un niño. Pues tiene toda la razón...”
                                                                                                                          “Dulces vacaciones”. Jsvg.

                                                      
                                                                             *************



   Esta más que claro. La inocencia de un niño es lo más hermoso que hay desde que nacemos. Lastimosamente existen circunstancias, momentos en la vida de cualquier pequeño que hacen estremecer a una persona adulta. Nos ponemos a pensar ¿Qué sucede? ¿Por qué? existen casos de niños asesinos, violentos... Nuestra sociedad ha dejado de preocuparse por los inocentes. Importa poco si estamos abriendo las puertas de la maldad en sus cerebros. La falta de cariño, los malos tratos, la voracidad del dinero…
   Vi un vídeo en internet de un bebe que escucha cantar a su madre. Las lágrimas le brotan de sus pequeños ojos con una gran emoción. Vive cada sonido de la interpretación, tan intensamente, que uno se plantea lo más hermoso y es capaz de decir a viva voz: “Cuanto sentimiento en un corazoncito tan pequeño e inocente.”
   En estos tiempos de tanta tecnología. Uno es capaz de descifrar estas malas aptitudes,pues con solo ver las noticias puedes estar seguro que la violencia que se transmite no solo en la televisión, en los juegos de vídeo, etc. Son los sacapuntas que van moldeando al lápiz nuevo. Que hacer, nos decimos. Pues, principalmente la educación es primordial en casa. El colegio es la segunda, obligada, en orientar a los niños por el buen camino.
   Es muy difícil remediarlo, aunque no imposible. Antes que cambien los niños es primordial que cambie nuestra sociedad. Esto sí es mucho más problemático. En fin, ojala se pueda explotar las buenas acciones para el bien de la humanidad. No esperar como algunas estúpidas personas –con el debido respeto- augurar el fin de los tiempos para que Dios nos resuelva lo que debemos solucionar nosotros…        

                                                                                                                                                   
                                                                                                                                               JSVG.

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